Que Patty y Selma se subieran al 113 en Boyacá y Aranguren me pareció algo un tanto llamativo. Ahí estaban, las mismísimas hermanas de Marge Simpson, viajando en sentido Barrancas de Belgrano, con su clásico gesto cansado, sus estrambóticas cabelleras y largas ojeras de TV a todo trapo y dos atados por día. Sacaron boleto en la máquina y se sentaron por adelante, cerca del chofer.
Mi asombro se hizo aún más grande cuando en la próxima parada un Raúl Alfonsín con gafas a lo Poncharello hizo su aparición en aquel bondi. El Alfonso éste tenía pinta de un laburante sexagenario que no podía darse el lujo de una jubilación: llevaba una caja de herramientas y vestía una sencilla chomba roja. Puso las monedas en el aparato, sacó el ticket y lo tomó entre los labios, mientras con su mano libre se agarraba de dónde podía y se hacía lugar hacia el fondo.
Cerca de la cancha de Argentinos Juniors, ya casi llegando a Álvarez Jonte, irrumpió la figura de Irma Roy y entonces me di cuenta que definitivamente empezaba a estar rodeado de famosos. La ex actriz devenida en política lucía bien arreglada como siempre, con un peinado de tres horas/hombre, trajecito beige y elegante cartera al tono. Apenas se sentó, abrió un gran sobre blanco y sacó unos papeles, tal vez un proyecto de ley que debía votar por la noche o una carta de amor de un diputado del ARI, quién sabe.
El desfile de políticos parecía no detenerse, ya que doscientos metros más adelante la inconfudible Adelina D’Alessio de Viola se subió a aquel mismo vehículo. La ex Ucedé portaba unas glamorosas gafas oscuras y en su mano derecha llevaba una caja de alfajores de marca desconocida. Hubo un cruce de miradas con el líder de la UCR, pero ambos simularon no conocerse. Llamativamente, un auténtico Cirilo se levantó espantado de su asiento y se bajó inmediatamente. Pude ver como el célebre actorcito de Señorita Maestra corría desesperado por Av. San Martín, como si hubiese visto un fantasma o algo semejante.
A todo esto, cuando el 113 enfiló por Chorroarín, Patty y Selma tocaron el timbre y se bajaron en la parada del Easy de Warnes, algo que poco tiempo después también sucedió con una Lilita Carrió que estaba en el fondo y antes no había notado.
A lo largo de todo el recorrido me deleité observando a las celebridades que increíblemente habían dado en coincidir conmigo. En Combatientes de Malvinas, subió una exhuberante Lía Crucet y en Alvarez Thomas y Pampa se bajó Alfonsín con paso cansino y un gesto de inocultable preocupación. Cuando llegó mi turno de descender, toqué el timbre y miré al colectivero a través del espejo justo encima de su cabeza: para mi sorpresa, era nada menos que Daniel “Rolfi” Montenegro.
Me sorprendió ver al crack de Independiente bastante más fofo de lo normal, claramente falto de entrenamiento. Quizás Burruchaga había decidido separararlo del plantel, pero me resultaba extraño: el enganche del “Rojo” la estaba rompiendo últimamente y hasta lo habían convocado para entrenar con la Selección. En fin, llegó mi parada y el chofer me abrió la puerta con gran maestría. Qué jugador el “Rolfi”, por favor…
4 comentarios:
hola! muy bueno tu flog.... la verdad que hacia tiempo que no me enganchaba con nada de internet.... coincido con vos en muchas cosas, sobre todo lo que pasa en los trenes y los colectivos.... soy una persona bastante observadora y me gusta imaginar historias a partir de las cosas y personas que veo por la calle.... suerte! (tana_delsol@hotmail.com)
quise decir BLOG.... no estoy muy acostumbrada a esa palabra....
creo que hay alguien que me gusta.
hola...
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