A confía a muerte en B. Por eso, le cuenta algo y le pide que no se lo diga a nadie. Pero B confía a muerte en C. Por eso, le cuenta el secreto de A y le pide que no se lo diga a nadie. Sin embargo, C confía a muerte en D. Por eso, le cuenta el secreto de A que B le contó y le pide que no se lo diga a nadie.
A confía a muerte en B, que confía a muerte en C, que confía a muerte en D. Todos confían a muerte en alguien. Y así, a voces, el secreto se muere.
A confía a muerte en B, que confía a muerte en C, que confía a muerte en D. Todos confían a muerte en alguien. Y así, a voces, el secreto se muere.
3 comentarios:
Después de ésto, A confía en la muerte de B, C y D.
Que cierto!!! Somos el mejor escondite para nuestros secretos. La confianza es pasajera.
Que patente realidad! La confianza es pasajera.
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