En Nápoles, cuando se dan
cuenta que sos argentino, te abrazan, te tienden la alfombra roja. Días atrás,
mientras compraba una cerveza en la Via dei Tribunali, un gordo me preguntó: "¿Argentino?"; y se llevó la mano a su corazón. El recuerdo de
Maradona sigue intacto en la memoria de los napolitanos y la imagen del Diego
se repite en las paredes de una ciudad que jamás olvidará a su ídolo
futbolero.
Otro argentino que dejó
su huella –salvando las obvias distancias- es Ezequiel Lavezzi. En las plazas,
se puede ver a algunos niños napolitanos jugando a la pelota con la casaca del
“Pocho”, ahora en el PSG. Pero el hombre del momento es Edinson Cavani, otro
que parece tener destino francés. El delantero uruguayo, goleador de la última
edición de la Serie A del Calcio, también tiene su lugar en las paredes de la
ciudad.
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