23.12.08

y algunas humanidades más

A la hora de defender su regreso al cigarrillo, los argumentos de Tapia son irrebatibles. “A mí no me da culpa..., porque yo lo hago", dice ella, con la frente alta y un desparpajo absoluto.

María no puede soportar que la puertita que oculta la correa de la persiana quede abierta. Cuando se da cuenta que alguien la dejó así, corre rápidamente a cerrarla.

Juan Ignacio es un creador de grandes frases. “Me voy a convivir solo”, “Me duele el corazón” y “Si el día tuviese más horas, dormiría menos”, son algunas de sus más recientes.

A Verónica, una verdadera fanática del Nesquik frío, le gusta desayunar y volver a la cama con la panza llena.

Abril tiene sólo dos años y le gustan tanto los perros que es capaz de meterse sin problemas entre toda una jauría. Sin miedo, se deja lametear por canes que la doblan en tamaño y le acercan sus dientes. Ella simplemente se mata de risa y disfruta.

Cada tres horas, suena la alarma del estómago de Diego. Su reloj biológico es tan preciso que a los 180 minutos, casi sin excepciones, necesita saciar el hambre que cíclicamente lo asalta.

Nacho se fue hasta el Puerto de Frutos del Tigre convencido de encontrar manzanas, peras y duraznos a buen precio. Cuando llegó, se dio cuenta que allí había de todo menos frutas. Resignado, se compró una jabonera.

Cuando Lorena se emborracha, su tonada tucumana resurge en toda su expresión.

Es todo un clásico. Estás mil años esperando un colectivo y justo cuando prendés un pucho, la figura de aquel esquivo armatoste aparece en el cercano horizonte urbano.

1 comentario:

Juan Pablo dijo...

Jajaja! Grande Nacho