Los observaba en el Mitre la otra noche
y aunque no sé de donde venían
puedo decirles adonde van
no es difícil percibir los finales
de las parejas que viajan en el Mitre
Ella que mira hacia afuera y con los ojos
se escapa a la ciudad ¡ay si pudiera!
él que venera su hombro y con su sien
confía en su sostén tal vez el futuro
La mano de él se aferra a la de ella
la mano de ella acuna la de él
se nota por el grito de sus dedos
que una agarra y la otra sostiene
una agoniza y la otra desgarra
corroe las huellas de la mano enamorada
tritura proyectos y sueños de plata
aunque aún envistan los dedos mentirosos
Pero la plata ya no brilla ni es madura
se va pudriendo como chatarra
de un amor baldío
y la pestilencia del río ocre de óxido
me llega cruzando el vagón
cual náusea de un abandono
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